Hay un hilo que une a una amplia variedad de problemas de salud comunes—desde la obesidad, diabetes, hasta la enfermedad cardiaca y cáncer—que es la inflamación crónica. El hombre del siglo presente sufre más de proceso inflamatorios que sus antecesores de siglos precedentes.
La inflamación crónica celular es una realidad ignorada en el ámbito de las terapias alopáticas, pero muy presente en el campo de la nutrición ortomolecular.
La alimentación es la primera acción a observar para reducir la inflamación crónica, ya que es también la causante mayoritaria.
Se comete demasiados errores dietéticos. Por otra parte, utilizar liberalmente las hierbas y especias de alta calidad es una manera simple de potenciar o mejorar las cualidades antiinflamatorias de los alimentos. Las hierbas aportan no solo distintos sabores, sino también efectos antinflamatorios. Cada especia es una mina de oro para diversos problemas de salud y situaciones biológicas desequilibrantes.
Se ha observado que hay principalmente 4 hierbas y especias que reprimen la respuesta inflamatoria más eficientemente:
-Los clavos
-El jengibre
-El romero
-La cúrcuma
Las hierbas y especias para cocinar contienen una amplia variedad de antioxidantes, minerales y vitaminas, por lo que ayudan a aumentar la densidad de nutrientes de nuestros alimentos. Cada vez que sazonamos nuestros platos de un modo natural, estamos incrementando el poder terapéutico de dichos alimentos sin agregar una sola caloría.
En una base de peso fresco por gramo, la actividad antioxidante de las hierbas es superior a la de las frutas y vegetales, que se sabe son ricos en antioxidantes. La mayoría de las especias tienden a tener propiedades medicinales únicas.