La ansiedad social afecta tanto la actividad del cerebro como el comportamiento del individuo. Es un desequilibrio neuro-cognitivo que va en aumento en el mundo, y aún más en las mujeres, debido a su perfil hormonal.
La terapia ortomolecular neuropsicológica dispone de varios neuro-suplementos para tratar la ansiedad, lejos de productos químicos de síntesis que suelen ser altamente peligrosos, además de ser neurotóxicos y adictivos.
Muchos estos productos están enfocados a promover una mentalidad social más saludable.
A ver si te pasa una de las siguientes cosas:
-¿Alguna vez has evitado el gimnasio porque sientes que la gente está mirando?
-¿Has evitado una fiesta por los nervios? -¿No quieres ir a un parque de miedo a encontrar a personas ahí?-¿No te gusta asistir a reuniones?
-¿te saltas a menudo una clase o actividad que involucraba hablar en público?
Los síntomas debilitantes
de ansiedad social interfieren con actividades de la vida diaria, y es difícil superarlas,
sin un apoyo adecuado. Algunos neuro-suplementos para la ansiedad social
podrían hacerlo un poco más fácil.
La ansiedad social se caracteriza por miedos irracionales, sentimientos y reacciones físicas negativas en situaciones sociales.
Hay 2 tipos de ansiedad social:
-Ansiedad social generalizada: Este tipo de ansiedad ocurre
en cada situación social que una persona encuentra.
-Ansiedad social no generalizada: Se trata de una ansiedad específica de ciertas situaciones sociales. Es el caso cuando alguien puede estar aterrorizada de hablar en público.
Ambos tipos de ansiedad caracterizan diferentes niveles de ansiedad social. Sin embargo, ambos pueden identificarse por los mismos síntomas:
-Evitan entornos sociales todos juntos.
-Exagera excesivamente las conversaciones y acciones antes y después del hecho.
-Hipersensibilidad emocional.
-Miedo a hablar en entornos sociales.
-Miedo al fracaso.
-Miedo irracional a ser juzgados o rechazados por otros en entornos sociales.
-Náusea.
-Temblor.
-Transpiración.
-Desesperación en ser aceptado/a.
Según las estadísticas, las niñas desde la pubertad hasta los 50 años tienen 2 veces más probabilidades de ser diagnosticadas con un trastorno de ansiedad que los hombres. Además, las mujeres son más propensas a experimentar síntomas que los hombres. De hecho, ser mujer es un factor de riesgo conocido para la ansiedad social.
Otros factores de riesgo incluyen:
-Trauma infantil.
-Timidez extrema.
-Ser pobre.
-Historia familiar.
Las mujeres experimentan ansiedad social más a menudo, por múltiples razones. Por ejemplo, experimentan más fluctuaciones hormonales debido a la menopausia y la menstruación, junto con otras influencias biológicas y sociales. Otro factor es que la respuesta de lucha o huida puede durar más tiempo y activarse más rápidamente en las mujeres que en los hombres.
La ansiedad social puede también tener un origen neuroquímico, en este caso, relacionado con la cantidad de glutamato y glutamina que se encuentra en el cerebro. Las personas con trastorno de ansiedad social tienen habitualmente niveles más altos de glutamato y glutamina en algunos casos.
En cualquier caso, las personas con ansiedad social pueden aliviar los síntomas y evitar perpetuar más problemas al tomar los neuro-suplementos adecuados.
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